Mutua - ¿Qué es una mutua?

Una mutua es una asociación privada de empresarios, sin ánimo de lucro, que trabaja en colaboración con la Seguridad Social para la gestión de algunas de sus prestaciones.

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Las mutuas surgieron a principios del siglo XX como una herramienta para hacer frente a los accidentes de trabajo, actuando como una especie de seguros privados. Desde entonces, han ido cambiando y adaptándose a las circunstancias, y hoy en día funcionan bajo la tutela de la Administración pública.

¿De qué se encargan las mutuas?

Las responsabilidades de las mutuas colaboradoras con la Seguridad Social incluyen la gestión de:

  • Las prestaciones económicas y sanitarias que cubren las cotizaciones por contingencias profesionales.

  • La prevención de riesgos laborales, así como la mejora de las condiciones de trabajo y salud en las empresas.

  • Las prestaciones por incapacidad temporal por contingencias comunes.

  • Las prestaciones por riesgo durante el embarazo o la lactancia.

  • Las prestaciones por cese de actividad de los autónomos.

  • Las prestaciones por cuidado de menores afectados por una enfermedad grave.

Estas funciones podrían verse ampliadas a la gestión de otras prestaciones o actividades si así se decidiese legalmente.

¿Cómo se financian las mutuas?

Los recursos de las mutuas colaboradoras con la Seguridad Social se financian principalmente a partir de diferentes cuotas de cotización a Seguridad Social:

  • Las cuotas por accidentes de trabajo y enfermedad profesional que pagan las empresas y que se encarga de recaudar la Tesorería de la Seguridad Social.

  • Una parte de la cuota por contingencias comunes que la Seguridad Social entrega a las mutuas en contraprestación por la gestión de la prestación por incapacidad temporal.

  • La cotización correspondiente al cese de actividad de los autónomos (que depende de su base de cotización), que también se encargan de gestionar las mutuas.

Con estos recursos, las mutuas llevan a cabo la gestión de las prestaciones que indicábamos antes.

Al ser asociaciones sin ánimo de lucro, las mutuas no pueden repartir beneficios entre sus asociados. ¿Cómo se distribuye entonces el dinero que gestionan?

En lo que se refiere a la gestión de las contingencias profesionales, las mutuas realizan dotaciones a una reserva de estabilización (que supone entre el 30 y el 45 por ciento de la media anual de las cuotas por contingencias de los últimos tres años).

El excedente de la recaudación tras la aportación a esta reserva, se reparte en tres fondos:

  • El 80 por ciento del excedente va a parar al Fondo de Contingencias Profesionales de la Seguridad Social. Con él se puede financiar la renovación de centros asistenciales; realizar tareas de investigación para el tratamiento de patologías relacionadas con accidentes de trabajo o enfermedades profesionales; o incentivar a las empresas en la adopción de medidas de prevención de riesgos laborales.

  • Un 10 por ciento del excedente va a parar a la reserva complementaria. Este fondo puede utilizarse para pagar un exceso de gastos administrativos, procesales y de sanciones administrativas.

  • El 10 por ciento restante termina en la reserva de asistencia social, que se utiliza para pagar prestaciones de asistencia social autorizadas.

En el caso de las contingencias comunes, las mutuas dotan otra reserva de estabilización que supondrá como mínimo al 5 por ciento de las cuotas recibidas por contingencias comunes en ese año. El resto irá a parar al Fondo de Reserva de la Seguridad Social.